toni escribió:Para empezar, viendo lo complejo del asunto, acometer este tipo de empresas por cuenta de uno exige que tengas algún tipo de capacitación técnica previa, o bien que hagas un “master” en dos tardes para ponerte al día. Casi mejor, por tanto, y si se puede, dejarlo en manos de profesionales.
También te puedes quedar a medio camino, o antes, y mejorar algún conflicto acústico mediante el propio mobiliario de la sala (reverberación, difusión…) y tratando las primeras reflexiones con materiales específicos baratos y efectivos, que también los hay. Para eso no necesitas ser un profesional en la materia. En mi caso el sonido mejoró muchísimo respecto a la situación inicial.
toni escribió:Una curiosidad, Manuel, ¿te han chocado mucho los resultados objetivos en relación a lo que te esperabas?. O casi mejor esperar al final de las pruebas cuando se valore la interacción cajas-sala....
En algunos casos la verdad es que sí, a falta de comprobar los resultados reales.
Imaginaba que el análisis iba a centrarse en la interacción cajas-sala pero me plantearon apuntar directamente a la sala. Varios de los parámetros estudiados se pueden apreciar o intuir durante una escucha y reflejarse en la curva de respuesta en frecuencia pero hay otros que no se perciben de forma evidente, por ejemplo, la distribución del sonido según frecuencias o la dispersión de las ondas sonoras en el tiempo. Otros, como la concentración del sonido que han detectado en la mitad trasera de la sala sí la percibía con cierta música pero pensaba que, simplemente, mi ubicación coincidía con la cresta de una onda a baja frecuencia y que se atenuaría desplazándome fuera de ese punto, que es lo que había intentado infructuosamente. Ahora sé que no había manera de escapar de aquel efecto sin tratamiento acústico. Es decir, han analizado también todo lo relacionado con la percepción espacial del sonido.
La curva de respuesta en frecuencia muestra otras anomalías que tampoco había sido capaz de percibir, como algunas cancelaciones de fase (son esos valles tan pronunciados que se ven en el gráfico). Me estaba perdiendo cosas sin ser consciente de cuáles.
Visto el gráfico de la mencionada curva, uno podría verse tentado a aplicar directamente una ecualización activa al equipo como hacen algunos colegas, según ellos con éxito y muy poco gasto. Eso puede “aplanar” la curva y seguro que modifica sustancialmente la percepción del sonido pero los problemas subyacentes de la sala siguen estando ahí, por lo que tengo serias dudas de que el resultado final sea comparable en ambos casos, más aún fuera del punto de escucha, que es lo que ocurre cuando hay más gente viendo cine o escuchando música.
Así que el planteamiento es resolver primero esas deficiencias de sala y sólo después medir el comportamiento real del equipo en un espacio acústicamente más neutro y optimizado.
Puede que en los graves profundos el tratamiento acústico no resuelva por sí solo todos los problemas y, efectivamente, ecualizar en esa banda de frecuencias pueda ser una solución útil cuando el desequilibrio sea importante.
toni escribió:Hablo sin haberme “documentado previamente”, pero tengo la impresión de que, en general , a nivel comercial no existe una oferta consolidada en la que cuando adquieres un equipo de audio dispongas también de la oferta de que se te haga un estudio técnico personalizado de acústica más allá de la experiencia profesional de uno u otro....Al menos es mi experiencia “de provincias”...
Estoy de acuerdo contigo. Para encontrar tal oferta, normalmente hay que buscar al margen de los distribuidores de equipos de alta fidelidad, salvo excepciones. Creo que entre los aficionados todavía no hay una cultura consolidada sobre la influencia de la sala y su tratamiento acústico y, por tanto, no es un servicio muy demandado. Por otra parte, no todo el mundo puede disponer de una sala donde disfrutar en exclusiva de su afición, así que supongo que se junta un poco todo. De ahí que habitualmente se obvie la acústica cuando se pretende justificar por qué un equipo no suena en casa como nosotros esperábamos (“mi equipo suena chillón…”; “los graves me suenan fofos…”; "la escena es casi plana..."; "a mis cajas le faltan agudos..."): finalmente, lo que se termina imponiendo es cambiar tal o cual componente del equipo, sin profundizar en lo que puede estar “aportando” la sala.
Un tratamiento acústico integral no es algo barato pero si se hace bien y con buenos materiales (con sus coeficientes de rendimiento bien documentados), siempre es una muy buena inversión si te la quieres o puedes permitir. Naturalmente, para que todo vaya redondo hay que tener un equipo neutro y preciso, no necesariamente muy caro. Pienso que buena parte de la insatisfacción general que sienten muchos aficionados, incluso los que han gastado un dineral, puede venir de ahí.
Saludos
Edito para añadir una postdata: después de todo este suplicio teórico, espero que el resultado en la escucha real no sea algo así como el parto de los montes...
Este fin de semana ya estará todo montado y empezaré a evaluar la nueva acústica con calma.