Igor Stravinsky

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Epifanio Mateo
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Igor Stravinsky

Mensaje por Epifanio Mateo » Vie 09 May 2008 23:06

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Fecha de nacimiento: 17 de Junio de 1882
Lugar de Nacimiento : Rusia - Oranienbaum (actualmente Lomonósov)
Fecha de Muerte: 6 de Abril de 1971
Falleció en Estados Unidos - Nueva York



I.- AÑOS DE FORMACIÓN:

Igor Fiodorovich Stravinsky era hijo de un bajo de la Ópera Imperial de San Petersburgo. A partir de 1891 recibió clases de piano con la maestra Kashperova, alumna de Anton Rubinstein. Su interés por la música lo llevó a estudiar con otros docentes particulares: Fiodor Akimenko fue su profesor de armonía; Vassily Kalafaty lo instruyó en contrapunto.

Entre 1902 y 1908 fue discípulo particular del compositor Nikolai Rimsky-Korsakov (1844-1908), con quien estudió análisis musical e instrumentación. Al mismo tiempo seguía los cursos de Derecho de la Universidad de San Petersburgo. En 1905 se recibió de abogado. El 23 de enero de 1906 contrajo matrimonio con su prima Iekaterina Nossenko, de cuya unión nacerían dos hijos.

Las primeras obras sinfónicas reveladoras de la personalidad musical de Stravinsky, el “Scherzo fantástico” Op. 3, y “Fuegos de Artificio” Op. 4, fueron estrenadas en un concierto a fines de 1908. En la ocasión estaba presente el empresario de los Ballets Rusos, Sergei Diaghilev (1872-1929), a quien la música de Stravinsky causó buena impresión. Este encuentro marcó el comienzo de una extensa colaboración entre los dos artistas, que orientó la producción de Stravinsky hacia el ballet. El primer encargo de Diaghilev a Stravinsky en 1909, fue la orquestación de dos obras de Chopin (“Nocturno” Op. 32 Nº 2 y “Vals” Op. 18 ) para “Chopiniana” (“Les Sylphides”, en Francia), ballet basado en melodías de dicho compositor.


II.- LABOR RENOVADORA JUNTO A DIAGHILEV (“PERÍODO RUSO”):

El mismo año 1909, Diaghilev encargó una partitura original a Stravinsky para un ballet a presentarse en París: “L’Oiseau de feu” (“El Pájaro de Fuego”). La obra fue estrenada en el Teatro de la Ópera de París el 25 de junio de 1910 bajo la dirección de Gabriel Pierné y con coreografía de Mijail Fokin (1880-1942). Stravinsky demuestra aquí un temperamento artístico propio, sustrayéndose a la influencia de cualquier corriente de su época: creó una partitura de marcados contrastes (la esfera humana representada por el diatonismo; la esfera sobrenatural por un acusado cromatismo), de una instrumentación colorida y deslumbrante, y de un ritmo que se libera del compás fijo que durante siglos había dominado la música occidental. El impacto de la obra fue enorme. De esta manera, gracias a Diaghilev, la música de Stravinsky se divulgaba con gran éxito en uno de los escenarios más importantes del mundo, apenas comenzada su carrera de compositor.

Stravinsky se trasladó momentáneamente a París en 1910, donde se vinculó con todo el ambiente musical europeo de la época. A partir de ese año y hasta 1920, el músico vivió durante los veranos en la propiedad de su esposa en Ustilug (cerca de la frontera ruso-polaca), y pasaba los inviernos en hoteles de Europa occidental, en especial en la localidad suiza de Clarens.

Después de “El pájaro de Fuego”, Stravinsky puso música a textos del poeta simbolista ruso Konstantin Balmont: así nacieron los “Dos poemas de Balmont” para voz y piano, y la cantata “Zvesdoliki” (“El Rey de las Estrellas”) para coro masculino, y orquesta, dedicada a Debussy . Pero sobre todo, en 1911 nacieron dos ballets fundamentales en su carrera de compositor y en la historia de la música.

Primeramente, Stravinsky se puso a trabajar en una “pieza de concierto” para piano y orquesta, en la que el piano representaba a Petrushka, un personaje de marioneta muy popular en Rusia; cuando Diaghilev conoció la obra en proceso, decidió adoptarla para un ballet: así surgió “Petrushka” (“Petrouchka”, título en francés), estrenado en la Sala Châtelet de París el 13 de junio de 1911 con coreografía de Mijail Fokin, decorados de Nikolai Benois, y las célebres figuras de Vaslav Nijinski (1889-1950) y Tamara Karsávina (1885-1978) en los papeles principales. Aunque fiel al folclore ruso (premisa inculcada por Rimsky-Korsakov), la partitura de Stravinsky se mostraba totalmente novedosa: en su tratamiento armónico aparecía la superposición de acordes, la instrumentación producía efectos ácidos, estridentes y grotescos; el ritmo cambiaba frecuentemente de medida. Esta obra marcó un cambio en el proceso tradicional en la creación de ballets: la tarea del coreógrafo se incorporó posteriormente, una vez que la música y la decoración estuvieron resueltas.

La otra obra cuya composición se inició en 1911 fue el ballet “La Consagración de la Primavera” (“Le Sacre du Printemps”, título original en francés). Mientras Stravinsky trabajaba en “Petrushka”, tuvo la inspiración de crear un ballet basado en ritos paganos arcaicos: el sacrificio de una doncella al dios de la primavera mediante una danza frenética. El compositor consultó la idea con su amigo Nikolai Roerich, especialista en temas del paganismo, que se convirtió en su colaborador. Con el subtítulo “Cuadros de la Rusia pagana”, la obra fue estrenada en el Teatro Champs-Elysées de París el 29 de mayo de 1913, con el elenco de los Ballets Rusos y coreografía de Nijinsky. La primera representación fue uno de los escándalos más resonantes en la historia de la música. El auditorio se consternó ante la violencia primitiva de la coreografía. Pero ésta no hacía sino seguir las líneas de la música: Stravinsky creaba una partitura revolucionaria, un trastocamiento estético que resultó chocante para el público y la crítica. Buscando recrear la fascinación primitiva del hombre ante las fuerzas de la naturaleza, Stravinsky explora al máximo todos los recursos instrumentales y efectos acústicos: dota a la orquesta de un enorme aparato de percusión y vientos; crea disonancias, rítmica irregular, superpone melodías constrastantes en forma politonal. Esta partitura planteó desde el comienzo un desafío para los coreógrafos cualquiera fuera el enfoque dado a la obra (desde la veta folclórica hasta el simbolismo más abstracto), conviritiéndose en uno de los pilares de la danza del siglo XX.

Al año siguiente de su estreno como ballet, “La Consagración de la Primavera” triunfaba presentada en versión de concierto. La obra proyectó a Stravinsky al primer rango entre los compositores contemporáneos suyos, convirtiéndose junto a Arnold Schönberg (a quien había conocido en Berlín en 1913) en el símbolo del músico revolucionario. Asimismo, inició una carrera de “músico errante”, acompañando a los Ballets Rusos en sus numerosas giras por Europa.

El 26 de mayo de 1914, Stravinsky estrenaba en París su primera ópera: “Solovey” (“Le Rossignol”, “El Ruiseñor”), un “cuento de hadas musical” (según la partitura) basado en un relato de Hans Christian Andersen. Su composición había sido iniciada en 1907, en la época en que el autor era todavía discípulo de Rimsky-Korsakov, quien al parecer aprobó los primeros esbozos de la obra. Stravinsky interrumpió la labor entre 1909 y 1913, dedicado esencialmente al ballet, y regresó a ella a mediados de 1913 por encargo del Teatro Libre de Moscú. Tras la bancarrota de esta sala, Diaghilev se encargó en París de estrenar exitosamente la obra. De su partitura, extrajo tres años después una suite homónima, presentada como poema sinfónico.

Durante la Primera Guerra Mundial, el compositor residió principalmente en la Suiza romanda (cantón del Vaud). Allí comenzó “Les Noces” (“Las Nupcias”), para cuerpo de baile, solistas vocales, coro y orquesta (o dos pianos y percusión), inspirada en poemas populares recogidos por Stravinsky en Ucrania durante 1914. Las obras para escena de Stravinsky no pueden clasificarse estrictamente dentro de un género tradicional en particular (ópera, ballet, música de escena): de este modo, “Les Noces” debe catalogarse como “cantata escénico-coreográfica”.

También de 1914 e inspirados en temas del folclore eslavo, son los cuatro “Pribautki” (forma poética rusa: coplas generalmente humorísticas) para voz y ocho instrumentos o piano. En 1915 conoció al escritor suizo Charles Ferdinand Ramuz, junto al que elaboró “L’Histoire du Soldat”, ballet con narradores para tres actores, cuerpo de baile y pequeña orquesta de cámara. Se basa en el relato ruso de un soldado desertor que defiende su alma del demonio, pero Stravinsky no empleó para ella materiales sonoros eslavos, sino danzas alemanas, españolas y americanas. La obra se estrenó en Lausana el 28 de setiembre de 1918. Por su parte, de 1916 data “Bayká” (“Renard”, “El zorro”) ópera-ballet para cuatro solistas y orquesta de cámara también basada en cuentos populares rusos (según Stravinsky: “historia burlesca cantada y actuada”). Su estreno tendría lugar en París recién después de la guerra, en 1922.


III.- EL “PERÍODO NEOCLÁSICO”:

En 1917 el compositor acompañó a los Ballets Rusos a Roma, donde conoció y trabó amistad con el artista plástico Pablo Picasso. Ese año, la Revolución Soviética lo privó de sus propiedades en Rusia. Descontento con el régimen soviético, Stravinsky se exilió voluntariamente, estableciéndose en Suiza hasta 1920, de ese año hasta 1939 en Francia, y en Estados Unidos desde 1939 hasta su muerte.

El alejamiento de Rusia en 1917 coincidió con el comienzo de un segundo período creativo en la carrera de Stravinsky, conocido como “período neoclásico”, caracterizado por su ruptura con lo puramente ruso, su orientación hacia el cosmopolitismo europeo y una búsqueda de universalidad inspirada en las grandes obras del pasado, todo acompañado de un gusto progresivo por los temas religiosos. Un encargo de Diaghilev en 1919, el ballet con canto “Pulcinella” sobre temas napolitanos del siglo XVIII, inauguró el período “neoclásico” de Stravinsky. “Pulcinella” se estrenó el 15 de mayo de 1920 en el Teatro de la Ópera de París por el elenco de los Ballets Rusos, con coreografías de Leonid Massine (1895-1979) y decorados y vestuarios de Pablo Picasso.

En 1921 colaboró con Diaghilev para la reorquestación del ballet “La Bella Durmiente” de Piotr Tchaikovsky. Basado en un texto satírico del poeta ruso Alexander Pushkin, ese año compuso la ópera “Mavra”, que el propio Stravinsky definió como “chaikovskyana” tanto por el período como por el estilo. La partitura está dedicada a la memoria de Alexander Pushkin, Mijail Glinka y Piotr Tchaikovsky, recogiendo la herencia de la música culta de Rusia, mientras que sus composiciones anteriores partían de la música rusa popular. “Mavra” cierra definitivamente el “período ruso” del compositor y afirma su camino en el neoclasicismo. Precedida pocos días del estreno parisino de “Renard” (18 de mayo 1922), “Mavra” fue estrenada en el Teatro de la Ópera de París el 3 de junio de ese año. Esta presentación fue el primer fracaso importante en la carrera de Stravinsky, lo que le produjo gran amargura, pues la obra resumía sus nuevas posturas estéticas. Este estreno fue seguido un año más tarde (13 de junio de 1923) por el de “Les Noces”, composición ya reseñada en la que Stravinsky trabajaba desde 1914.

A partir de 1923, principalmente por razones económicas, Stravinsky procuró llevar adelante una carrera de pianista, lo que motivó durante una década la composición de varias obras para piano: “Concierto para piano e instrumentos de viento”, “Sonata para piano” (cuyo segundo movimiento está ornamentado al estilo de los clavecinistas barrocos franceses), “Serenata para piano en la Mayor”, “Capricho para piano y orquesta”, entre otras. Sus giras lo llevaron especialmente a Estados Unidos desde 1925. Stravinsky sacó provecho de la rigurosa protección de la ley norteamericana a la propiedad artística: desde 1927 registró en Estados Unidos los derechos de publicación y ejecución de todas sus composiciones anteriores y nuevas.

De 1927 data la siguiente ópera de Stravinsky: “Oedipus Rex” (“Edipo Rey”), basada en un texto de Jean Cocteau traducido al latín por Jean Danielou. La obra fue estrenada en el Teatro Sarah Bernhardt de París, el 30 de mayo de 1927. Se trata de una adaptación muy particular del texto clásico de Sófocles: Stravinsky y Cocteau presentan aquí un teatro épico “anti-representativo” (de hecho, la obra fue rotulada como “ópera-oratorio”), los personajes no interactuaban entre ellos, sino que dialogaban consigo mismos casi “deshumanizadamente”. La misma lengua del texto (el latín) interponía una barrera entre el drama y la comprensión del público: junto a los personajes, un narrador en francés explicaba la acción. Tal vez esta novedosa concepción estética encerraba un mensaje: denuciar que el hombre moderno sólo accede a una obra de arte por intermediación cultural. Stravinsky respondió con una partitura de ritmos secos y nerviosos cuyos efectos sugieren la idea de un mecanismo impersonal

En la época en que Stravinsky componía “Oedipus Rex” recibió su primer encargo norteamericano. Su mecenas Elisabeth Sprague-Coolidge le encargó en 1927 un ballet para un festival musical en Washington. Así nació “Apollon Musagète” (“Apolo, dios de las Musas”), también inspirado en la mitología helénica. El ballet se popularizó después de su estreno en París el 12 de junio de 1928, con coreografía de Georgi Balanshivadze (conocido por George Balanchine) y con los bailarines Sergei Lifar y Alice Nikitina, de la compañía de Diaghilev. Poco tiempo después (27 de noviembre 1928) se estrenaba en la Ópera de París otro ballet de Stravinsky, “Le baiser de la Fée” (“El beso del Hada”), donde adaptaba varios temas de Tchaikovsky. En 1929 falleció Diaghilev en Venecia, terminando así la fructífera colaboración entre ambos artistas.

A mediados de la década de 1920, resurgieron en Stravinsky los sentimientos religiosos en los que había sido educado durante su niñez. Como fruto de este interés surgirían numerosas obras corales sacras en los siguientes cuarenta años de su carrera. Entre 1926 y 1934 nacieron tres pequeñas obras para coro “a cappella”, que son muy representativas de este período: “Padre Nuestro”, “Símbolo de Fe (Credo)” y “Ave María” (con texto eslavo ortodoxo: “Oche Nash”, “Simvol veri” y “Bogoroditse dvó”, respectivamente). De 1930 data la célebre “Sinfonía de los Salmos”, para coro y orquesta, de estilo espiritual y solemne. La partitura coral fue extraída del texto latino de los Salmos XXXVIII, XXXIX y CL, y recibe un complejo tratamiento polifónico al estilo medieval. La obra fue compuesta a pedido del director Sergei Kussevitsky para celebrar el quincuagésimo aniversario de la Orquesta Filarmónica de Boston.

En 1931 Stravinsky conoció en Estados Unidos al violinista Samuel Dushkin (1891-1976), con quien emprendería numerosas giras de conciertos. Para estas presentaciones, Dushkin colaboró con el compositor en la transcripción para violín y piano de muchas de sus partituras anteriores. En 1932 Stravinsky compuso el “Dúo concertante para violín y piano”, para su interpretación en común con Dushkin.


En 1934 Stravinsky adoptó la nacionalidad francesa. De ese año data el estreno en París de su obra lírica “Perséphone”, “melodrama en tres actos para narrador, solistas, doble coro y orquesta” (30 de abril de 1934). En 1936 se postuló como miembro de la Academia de Bellas Artes de Francia, pero el puesto vacante fue conferido a Florent Schmitt.


IV.- RADICACIÓN EN ESTADOS UNIDOS:

En 1937 el músico inició otra gira de conciertos por Estados Unidos, ocasión en que estrenó su ballet “Jeu de Cartes” (27 de abril de 1937, Metropolitan Opera House de Nueva York). En 1939 la Universidad de Hadvard lo inivitó a dar una serie de cursos; Stravinsky llegaba a Estados Unidos en el momento en que estallaba en Europa la Segunda Guerra Mundial, por lo que decidió no regresar a Francia. Stravinsky se afincó en Estados Unidos (Hollywood) hasta su muerte. En 1945 recibió la carta de ciudadanía norteamericana. En 1950 firmó un contrato con la Columbia Records, gracias al cual pudo realizar numerosas grabaciones de sus obras dirigidas por él mismo.

De su primera década en Estados Unidos datan obras para piano ("Concierto para dos pianos solos”, 1935; “Sonata para dos pianos”, 1944); obras sinfónicas (“Concierto para orquesta de cámara en mi bemol Mayor, Dumbarton Oaks”, 1938; “Sinfonía en do Mayor", 1940; “Danzas concertantees” para orquesta de cámara, 1942; “Sinfonía en tres movimientos”, 1945; “Concierto en re Mayor, para orquesta de cuerdas”, 1946); obras para banda de jazz o banda de vientos (“Polka de Circo”, compuesta para el espectáculo de elefantes de Barnum & Barley, 1942; "Scherzo a la rusa" para banda de jazz, 1944; “Ebony Concerto, para clarinete y orquesta de jazz”, compuesto en 1945 para la banda de Woody Hermann); y obras corales (la cantata "Babel", 1944; la “Misa para coro y doble quinteto de vientos”, 1947). En 1944 compuso “Scènes de ballet”, música de danza compuesta para Billy Roose, productor de Broadway.

A mediados de la década de 1940, Stravinsky estudió y realizó transcripciones de la música de Claudio Monteverdi y Carlo Gesualdo. El ballet “Orpheus” de 1947, compuesto a pedido de George Balanchine, se inspira precisamente en la música medieval y renacentista. El retorno a las formas antiguas lo alcanzó principalmente en la mencionada “Sinfonía en tres movimientos”. La “Misa” de 1947 también participa de este regreso al pasado, con sus referencias a Guillaume de Machaut y al estilo bizantino. Este retorno a los modelos clásicos de Stravinsky no significó una simple imitación, sino que fue punto de partida para la búsqueda de un estilo objetivo. La última tentativa de salvar la tradición del pasado fue su ópera “The Rake’s Progress”, estrenada en el Teatro La Fenice de Venecia el 11 de setiembre de 1951. A partir de allí, se produjo un notorio cambio en los procedimientos musicales de Stravinsky.


V.- EL “PERÍODO SERIAL”:

En 1947 Stravinsky entabló amistad con Robert Craft, un joven director de orquesta que le introdujo en la música de Arnold Schönberg y la “escuela dodecafónica”. Este encuentro marca el comienzo de la tercera y última etapa creativa del compositor: el “período serial”, caracterizado por el empleo de la música basada en el dodecafonismo y la técnica de composición serial. Stravinsky utilizó esta técnica en sus composiciones de la década de 1950: “Tres canciones de Shakespeare” (1953); “Septeto” para vientos y cuerdas (1953); “Cánones Fúnebres sobre poemas de Dylan Thomas” (1954); la cantata “Canticum Sacrum ad honorem Sancti Marci nominis” (1955); “Threni”, coral sobre las Lamentaciones de Jeremías (1958). Pero también coexistieron en algunas de sus obras la técnica serial junto a la modal: eso sucede en “Agon”, su último ballet (estr.: 1º de diciembre de 1957, City Center de Nueva York), y en las “Variaciones para orquesta en memoria de Aldous Huxley” (1964) donde relaciona las combinaciones seriales y las variaciones tradicionales, tomando como referencia las “Variaciones Goldberg” de Johann Sebastian Bach.

En 1958 Stravinsky inició una gira de conciertos como director de orquesta. En el marco de los intercambios culturales soviético-americanos, Stravinsky visitó la URSS en 1962 después de cuarenta y cinco años: fue recibido triunfalmente y saludado como el mayor compositor del siglo (incluso después de haber adoptado la técnica serial, condenada en la URSS como “contraria a la naturaleza humana”). De ese año data su última obra lírica, de inspiración bíblica: “The Flood”, para tres solistas, narradores, coro y orquesta (estrenada en versión de concierto por CBS el 14 de junio 1962 CBS; en versión escénica: 30 de abril 1963, Hamburgo). De 1964 es la “Elegía en memoria de John Fitzgerald Kennedy”, para voces y tres clarinetes.

Desde 1967 el compositor sufrió problemas de salud. En 1969 abandonó Hollywood para trasladarse a Nueva York y continuar sus tratamientos médicos. En esa ciudad falleció Igor Stravinsky el 6 de abril de 1971. Según su voluntad, fue sepultado en el Cementerio de San Michele de Venecia, junto a la tumba de Sergei Diaghilev.


VI.- EL LEGADO DE STRAVINSKY:

Igor Stravinsky renovó significativamente el arte musical de su tiempo, basado hasta ese momento en los dogmas de la consistencia armónica, el desarrollo métrico y temático. Todos los procedimientos contrarios, negados hasta allí, fueron adoptados por Stravinsky como enriquecedores: la disonancia, la asimetría rítmica, la simultaneidad de diseños con medidas opuestas (poliritmia). De este modo abrió paso a nuevas formas experimentales, que revolucionaron la música del siglo XX.

La música de Stravinsky, como tal, se caracterizó siempre por una cualidad: el apego riguroso a los rituales de la forma y del lenguaje, en detrimento de la subjetividad. Su “período neoclásico” se explica por esa exploración de la objetividad estilística. En ese sentido, su elección en la década de 1950 por la música serial (además del enriquecimiento armónico que implica), fue una continuación lógica del período anterior: en su búsqueda de modelos formales, Stravinsky escogió el fenómeno musical más importante del siglo XX. Analizada su obra bajo este punto de vista, ella aparece no como una serie sucesiva de adhesiones a distintas corrientes, sino como una profunda unidad.


OBRAS LÍRICAS DE IGOR STRAVINSKY:

“Solovey” (“Le rossignol”) (26 de mayo 1914, París)
“Bayká” (“Renard”)(comp.: 1916; estr.: 18 de mayo 1922, París)
“Mavra” (3 de junio 1922, París)
“Les Noces” (13 de junio 1923, París)
“Oedipus rex” (30 de mayo 1927, París)
“Perséphone” (30 de abril de 1934, París)
“The Rake's Progress” (11 de setiembre 1951, Venecia)
“Noah and the Flood” (o “The Flood”) (14 de junio 1962, cadena CBS, versión concierto; 30 de abril 1963, Hamburgo, versión escénica)


BALLETS DE STRAVINSKY:

“L'oiseau de feu” (1910)
“Petrouchka” (1911)
“Le Sacre du printemps” (1911-1913)
“Pulcinella”, ballet con cantos (1920)
“Apollon musagète” (1927-1928)
“Le baiser de la fée” (1928)
“Jeu de cartes” (1937)
“Scènes de ballet” (1944)
“Orpheus” (1947)
“Agon” (1953-1954)[/img][/i]

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MFG
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Mensaje por MFG » Vie 09 May 2008 23:46

Relájate, Epifanio, que Nostradamus no predijo el fin del mundo para este fin de semana. A pequeños sorbitos podremos degustar todo lo que cuelgues durante todo el tiempo que quieras. A toda máquina, se te fundirán las bielas en dos telediarios y luego a ver quién te recupera...

Aquí yace un melómano irredento, que nos obsequió con su vida por creer que sería corta. :twisted:
Manuel Fernández

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Alberto Sosa
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Mensaje por Alberto Sosa » Sab 10 May 2008 10:24

MFG escribió:Relájate, Epifanio, que Nostradamus no predijo el fin del mundo para este fin de semana. A pequeños sorbitos podremos degustar todo lo que cuelgues durante todo el tiempo que quieras. A toda máquina, se te fundirán las bielas en dos telediarios y luego a ver quién te recupera...

Aquí yace un melómano irredento, que nos obsequió con su vida por creer que sería corta. :twisted:
Manuel, bonito Epitafio.
... y la música continuaba aún cuando el sonido había desaparecido.

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Epifanio Mateo
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Mensaje por Epifanio Mateo » Dom 11 May 2008 17:48

Teneis razón compañeros. Fué una tarde aburrida ...

Andaba perdío de camino pa la casa
cavilando en lo que soy y en lo que siento
poquito a poco entendiendoque no vale la pena andar por andar
que es mejor caminá pa ir creciendo
mirarme dentro y comprender que tus ojos son mis ojos
que tu piel es mi piel
en tu oido me alborozo
en tu sonrisa me baño
y soy parte de tu ser
que no vale la pena andar por andar
es mejor caminar pa ir creciendo.
volvere a encontrarme con vosotros
volvere a sonreir en la mañana
volvere con lagrimas en los ojos
mirar al cielo y dar las gracias
volvere a sentarme con los mios
volvere a compartir mi alegria
volvere pa contarte que he soñado
colores nuevos y dias claros
volvere pa contarte que he soñao
colores nuevos y dias claros.

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PAU GILABERT SOLSONA
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Mensaje por PAU GILABERT SOLSONA » Dom 11 May 2008 19:08

Epifanio Mateo escribió:Teneis razón compañeros. Fué una tarde aburrida ...

:lol: :lol: Bueno, si te aburres no te reprimas, aunque con el tiempo que disponemos la mayoria, a poco mas que cuelgues en el foro, para Navidad igual he terminado de leer a Ravel.
Epifanio Mateo escribió: Andaba perdío de camino pa la casa
cavilando en lo que soy y en lo que siento
poquito a poco entendiendoque no vale la pena andar por andar
que es mejor caminá pa ir creciendo
mirarme dentro y comprender que tus ojos son mis ojos
que tu piel es mi piel
en tu oido me alborozo
en tu sonrisa me baño
y soy parte de tu ser
que no vale la pena andar por andar
es mejor caminar pa ir creciendo.
volvere a encontrarme con vosotros
volvere a sonreir en la mañana
volvere con lagrimas en los ojos
mirar al cielo y dar las gracias
volvere a sentarme con los mios
volvere a compartir mi alegria
volvere pa contarte que he soñado
colores nuevos y dias claros
volvere pa contarte que he soñao
colores nuevos y dias claros.


Entrañable poesia, ¿es tuya?.

Saludos.

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Epifanio Mateo
Mensajes: 29
Registrado: Mié 07 May 2008 17:37

Mensaje por Epifanio Mateo » Lun 12 May 2008 15:03

Es una canción de Chambao. :wink:

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