Mensaje
por MFG » Jue 22 Sep 2011 22:45
Hola compañeros. Deliberadamente he dejado pasar el tiempo para reposar las sensaciones percibidas después del tratamiento acústico. Todos sabemos que el oído se acostumbra muy rápidamente a los cambios y lo que ayer era una mejora evidente y un equipo sublime, hoy empiezan a surgir los matices y el cuerpo pide otro salto. Esta forma reposada de interpretar y describir los cambios espero que resulte también menos apasionada y más racional.
Por otra parte, confieso tener un ataque de lum-vago agudo del que no me consigo librar, aderezado con la sensación de que cualquier cosa que escriba es completamente subjetiva y esencialmente inútil para que os hagáis una idea cabal. Cada uno tenemos nuestra manera de percibir las cosas y nuestros gustos. No hay nada más esclarecedor que escuchar por uno mismo. Con esto y una copita de PX, creo que os he dicho ya todo.
Intentaré esquematizar mis conclusiones para hacer esto un poquito más soportable:
Materiales y ubicación: paneles absorbentes de dos tipos ocupando buena parte de la pared frontal, principalmente para medias y altas frecuencias. En las esquinas delanteras, absorción específica para medios-graves, tal como estaban antes pero con otros materiales algo más eficaces en graves. Paredes laterales en la “mitad delantera” de la sala: paneles difusores de madera de formas curvas. Paredes laterales en la “mitad trasera” de la sala: paneles absorbentes del mismo tipo que en la pared frontal. Pared trasera: paneles difusores de madera del tipo “residuo cuadrático”. El resto de la sala no lleva tratamiento, salvo la decoración y el mobiliario, incluidas alfombras.
Problemas acústicos relevantes: se han reducido mucho. Por dar alguna idea, aunque sea una vaga aproximación, digamos que han disminuido en un 60-70%. En algunos aspectos, dichos problemas parece que amagan pero ya son poco evidentes, digamos que no molestan, principalmente en bajas frecuencias.
Escena: muy variable, según las grabaciones. Con trabajos no muy finos, las mejoras son claramente perceptibles pero no demasiado importantes. El tamaño, básicamente, permanece inalterado, la profundidad y separación entre instrumentos o solistas ha mejorado pero donde había confusión de planos, por ejemplo, pues sigue habiéndola. Es lo que tiene tratar con música grabada. Los buenos trabajos, sin embargo, son realmente disfrutables. La mejora es importante: más profundo, más alto, más ancho, más envolvente.
Dinámica: muy mejorada, en lo grueso y en lo fino. Voy descubriendo, con sorpresa, detalles y matices que antes no percibía. Los contrastes en los tutti orquestales ahora son aún más reales y esos pequeños microcontrastes que ofrecen veracidad y te permiten percibir mejor la intención musical del intérprete, quedan ahora mucho mejor expuestos.
Timbre: en conjunto, bastante mejor que antes: un pasito más allá. Simplemente, más real. Percusiones más nítidas, más naturales e integradas; se percibe mucho más el instrumento que antes. Piano más real, con un sonido más luminoso y macillos más reverberantes, con mayor riqueza de armónicos. Cuerdas más ricas y complejas, menos fatigantes.
Ambiencia: se ha disminuido claramente la reverberación en todo el espectro de frecuencias y eliminado cierto tufillo a cueva (en algunos puntos de la sala los ecos flotantes eran potentes). El sonido, sin embargo, no ha quedado seco sino con una sensación de ambiente más acusada incluso que antes pero con más control, sobre todo en las bajas frecuencias.
Aspectos de conjunto: aprecio menos distorsión, sonando todo más agradable y relajado, con menos fatiga auditiva. Ahora el equipo es como un test inclemente con las grabaciones, en las que se percibe una gran disparidad: las hay que rozan lo desagradable pero sé que lo que chirría ya es menos la instalación y más el disco. En general, la experiencia es bastante más excitante que antes, más disfrutable. Digamos que te acerca más a la música y te aplaca la manía de querer hurgar en los defectos.
Estética decorativa: esto es muy subjetivo y personal. Mi planteamiento ha sido primar el sonido sobre cualquier otra variable, ya que ese es el uso principal de la sala. A partir de aquí, he tratado de encontrar elementos de corrección acústica que no se dieran completamente de bofetadas con el tipo de construcción y el entorno de la sala. Si hubiera primado la decoración, la cosa hubiera sido diferente como es lógico. En cualquier caso, me encuentro cómodo tal como ha quedado, el ambiente me invita al disfrute; no hay nada en la estética que me haga sentir a disgusto, sin ser nada del otro mundo.
Con el cine, sobre todo en películas modernas y con efectos de sonido, el cambio es aún más acusado. La contundencia, contrastes dinámicos, en definitiva, la sensación de realismo, llega en algún momento a acogotar un poquito. No olvidemos que hablo de un sistema estéreo, claramente limitado respecto a un multicanal. Un paso adelante en toda regla.
En términos objetivos, la respuesta en frecuencia obtenida en la sala es, según las mediciones, mucho más equilibrada que antes respecto a la misma fuente sonora, en este caso distinta del equipo, como ya expliqué en otros mensajes.
Y si me preguntáis por el equipo en sí, las mediciones ofrecen un resultado también razonablemente neutro y equilibrado en bajas, medias y altas frecuencias, aunque en la octava más baja, entre los 40-50 Hz, aparece una caída importante que seguramente obedezca a una cancelación de onda, dada la ubicación del punto de escucha y de las cajas. Lógicamente, habría que trabajar más este aspecto para resolver en parte el citado valle pero, subjetivamente, en la escucha habitual no percibo nada raro o desagradable en esa banda de frecuencias aunque es probable que me esté perdiendo algo. Tampoco soy un “golden ear”, precisamente. La curva de respuesta, como digo, no es perfecta pero es suficientemente lineal en todo el ancho de banda como para no plantearme ecualización paramétrica.
Como resumen, puedo decir que se ha conseguido un sonido con el que disfruto y que responde mejor, en lo esencial, a mi manera de entender la reproducción sonora aunque haya cosas mejorables. Con los mimbres que había, principalmente las cajas, estoy contento de cómo ha evolucionado todo. Tratar de ir más allá, en mi caso, me complicaría mucho la vida, que es lo contrario de lo que busco. Bastante he bregado para conseguir lo que hay. Las limitaciones son obvias al partir de un sistema estéreo. No obstante, para la música y las grabaciones disponibles no es un hándicap importante, precisamente. Para el cine, como digo, es otro cantar pero mis exigencias no son tan grandes y lo que hay me resulta totalmente asumible.
La conclusión a la que llego es que un sistema de reproducción sonora quedará limitado por el peor de sus componentes o por una configuración inadecuada, siendo la sala probablemente el factor que más peso aporta al conjunto, en mi opinión y según lo que he podido experimentar. Importa mucho que todo el sistema esté correctamente configurado pero hay factores que inciden más que otros.
Queridos, os dejo con este tarugazo y espero que, al menos, colme parcialmente vuestra curiosidad. Sé que he sido un poco “mal-queda” pero no imagináis el trabajo que me ha costado ponerme a escribir esto. En todo caso, os agradezco sinceramente vuestra paciencia y cordialidad.
Un abrazo colectivo
Manuel Fernández