Gracias Uxío. Pues estoy procurando resolver los aspectos más importantes, que no son moco de pavo: ha habido que hacer una acometida de luz porque no existía, tratar el adobe de la mejor manera posible para que no pierda cualidades térmicas (el verano toledano es de chuparse los dedos y el invierno lo mismo; es el típico clima continental extremo), rehacer todo el forjado de madera, impermeabilizar y asentar el zócalo para colocar la solera de hormigón, poner suelo, etc. Eso sólo en cuanto a los aspectos constructivos. La acústica habrá que trabajarla también pero sin perder, finalmente, la esencia rústica de todo aquello. No pretendo convertir la sala en un estudio de grabación. Por tanto, posiblemente habrá que hacer algunas concesiones y llegar a un equilibrio, que ya veremos en qué se concreta.
Johnny, ya que mencionas el tamaño de la sala, te diré que tiene 7,2 m de largo x 5,5 m de ancho y el techo, como va a dos aguas, tiene 2,9 m de alto en ambos lados y 3,8 m en la viga central (cerca de 40 m2 y unos 130 m3). Son unas dimensiones holgadas, comparadas con las de mi salón de Madrid (19 m2) pero lo mejor es la tranquilidad que reina allí. Le comenté estos días a José que estaba perdiendo la apetencia por escuchar música en casa, porque tengo bastante ruido de tráfico donde vivo y mi vida tampoco me permite grandes ratos de relax entre semana. De esta forma, iré allí los fines de semana como un lobo hambriento de escuchar música, a la hora que me apetezca y el tiempo que me plazca, al volumen que quiera y eschuchando todos los matices de un pianissimo sin tener que toquetear el mando del volumen. Y compartiendo aquello con mi familia y mis amigos. No quiero ni pensarlo; estoy acostumbrado a grandes dosis de realidad y esto es como el cuento de Blancanieves. Y, encima, haré feliz al banco hasta mi jubilación ¿se puede pedir más?.
Y sí, la idea es sustituir mis SF Guarneri

por unas ATC 100 y mejorar la electrónica hasta donde pueda.
Pues he estado un par de veces en la Galería del Audio, antes y después de la inauguración. Me parece un lugar encantador, muy acogedor para los clientes y muy en línea con una presentación del sonido sin efectos, relajante. Yo lo rebautizaría como el Hogar de la Música. Colocando unas amanitas con pitufos en el jardín, quedará redondo

. Es una aproximación interesante y distinta a la de la sala de audio tradicional, más impersonal y donde muchas veces menudean sin orden ni concierto multitud de aparatos y elementos de corrección acústica, sin un ápice de encanto.
Bueno, aunque la foto final de la sala con la instalación completada se la reservo a José Esteiro para que la coloque donde le apetezca, a mi también me parece divertido ir poniendo las fotos de cómo transcurre la obra. Ahí va una:
Saludos cordiales