Hoy ya cierro con algunos resultados prácticos, que es lo que finalmente cuenta.
Una vez hecho el primer abordaje sobre las bajas frecuencias (trampas de graves en las esquinas) la música mejoró considerablemente. El órgano de Bach (Tocata y Fuga en re menor) y la percusión de Copland (Fanfarria para el Hombre Común), por ejemplo, sonaron con una mayor riqueza armónica, con una sensación de poder aún mayor. Más creíbles y placenteros. Es como si la respuesta en frecuencia se hubiese extendido por abajo. Asimismo, la reverberación disminuyó perceptiblemente y ciertos pasajes complejos se hicieron más inteligibles, sobre todo los “tutti” orquestales. Los cambios, por tanto, no se limitaron a las bajas frecuencias y fueron realmente notorios. Como le dije a Pau, además de las trampas de graves, coloqué unos cubos de Auralex que, teóricamente, funcionan a frecuencias más bajas pero la sensación ya no mejoró y noté un poco demasiada absorción en las voces perdiendo vitalidad.
Decidí también tratar las primeras reflexiones (paredes trasera, laterales y frontal). Hay una receta bastante extendida que recomienda colocar absorción en la pared frontal y difusión en la trasera. Si la distancia de las cajas a la pared frontal es considerable, algunos especialistas proponen colocar difusión. Otros trabajos respetables consideran que partiendo de unas buenas cajas con una dispersión homogénea, tratar las reflexiones va a gusto del consumidor porque el timbre no se vería alterado en lo esencial y únicamente se trabajaría sobre la reverberación y sobre la escena sonora (más amplitud o mejor focalización y mayor intimismo, según criterio de cada cual).
Probé ambas cosas. La difusión detrás de las cajas (3 paneles T’Fusor de Auralex de 60x60 cm) aminoró el sonido fatigante y las reverberaciones. Digamos que funcionó. La absorción (3 paneles Studiofoam Wedge del mismo tamaño y también de Auralex) me dio, sin embargo, unos resultados sorprendentes: aumentó la riqueza armónica de los timbres haciéndolos mucho más naturales. Los instrumentos y las voces se volvieron más creíbles y bonitos, también mejor focalizados. Además, los planos sonoros quedaron mucho mejor diferenciados, todo ello inmerso en una escena sonora, asimismo, más profunda. Digamos que este cambio hizo brotar bastante más música. La fatiga desapareció como tal, al menos a volúmenes moderados.

Por otra parte, utilicé absorción para las reflexiones laterales (zona de rebote del tweeter) y difusión a la altura de mis oídos, un T'Fusor a cada lado, así como detrás del punto de escucha, en este caso mediante el mueble de cds/dvds y un módulo de T'fusor adicional. La absorción lateral con Studiofoam me ofreció un punto añadido en la focalización de los instrumentos y una reverberación aún más contenida. Los paneles difusores laterales y el trasero me permitieron percibir un escenario más profundo y mayor sensación de ambiente alrededor de mi posición. Toda una experiencia.

Ahora mismo estoy aún en una fase de probar más zonas de tratamiento así como la intensidad del mismo para ajustar todo a mi gusto pero sin ninguna prisa. Digamos que la experiencia fundamental en lo que se refiere a tratamiento acústico convencional y sus resultados ya la he vivido.
Mi resumen es que la corrección acústica del almacén ha mejorado muy notablemente el sonido de las ATC. El coste real del tratamiento será muy razonable, así que para mí ha merecido la pena este pequeño esfuerzo.
Al final del ajuste vendrá otra fase importante, aún no lo había mencionado, que es la integración estética de estos elementos en el almacén. Habrá que estrujarse la mollera porque las gomaespumas estas y demás chismes no son especialmente bonitos ni pasan desapercibidos como habéis visto. Ya os colgaré fotos cuando lo tenga completado a mi gusto (y al de mi santa esposa).
Es posible que con otro tipo de cajas acústicas y otra sala esta ecualización mediante absorción/difusión deba ser distinta pero como simple experiencia de primerizo más o menos razonada pensé que podría ser de alguna utilidad y en ningún caso he pretendido ir más allá de un simple cotilleo entre compañeros. Tampoco tengo ningún inconveniente en pasar a quien le venga bien algunos trabajos o publicaciones que he podido consultar, para eso estamos. Aunque también puedo decir que me he topado con teorías y experiencias bastante contradictorias que complican sobremanera llegar a conclusiones fáciles.
También habéis visto que todo han sido apreciaciones subjetivas no basadas en mediciones (más de uno me despellejaría en público), así que desconozco si estos resultados que a mí me satisfacen tendrían en su contraparte gráfica una respuesta más lineal o plana.
Lo que opino es que si la escucha musical ha de ser ante todo una experiencia placentera para la mente, en mi caso estoy disfrutando bastante más que antes. ¿Renuncio a una aproximación más técnica y objetiva para el tratamiento de la sala? No necesariamente pero es que me lo paso mucho mejor escuchando música que trasteando con la acústica aunque, visto el tocho que os he colocado, cualquiera lo diría. Ya habrá tiempo para eso... si hay ganas.
Ha sido un placer compartir con vosotros esta pequeña experiencia, sobre todo por la ilusión de ser mi primer intento de tratar la acústica y comprobar lo importante que puede llegar a ser para mejorar la experiencia musical.
Un saludo,