Un viaje inesperado
Publicado: Lun 05 Nov 2007 23:56
Hoy he llegado a casa agobiado y cansado, como siempre, como muchos o la mayoría de vosotros, supongo.
Me he pasado el día deseando llegar a casa para compartir con mi hija unos minutos antes de darle el beso de buenas noches, para ver a mi mujer y preguntarle que tal le ha ido el día y para poder sentarme un ratito (lástima, me gustaría pasarme horas) a escuchar música como casi cada noche. La verdad es que para mí es una necesidad. Necesito desconectar de todo, o casi, y sumergirme en mi pasión.
Lo último que hubiera hecho hoy es aceptar la proposición de un viaje, un viaje inesperado.
Y sin darme cuenta, en tan solo un momento, me he sentido aislado, solo, lejos, muy lejos, levitando. En el pasado.
Y he sentido frío, mucho frió. En un lugar oscuro, sombrío.
He visto el horror, la enfermedad, la muerte.
?El día del juicio se verá quien habrá hecho servicio?.?
??se mostrarán con gritos y truenos las infernales confusiones?
?Del cielo bajará un gran fuego
apestando como el azufre,
la tierra quemará de furor,
la gente sucumbirá al terror.?
He pasado miedo a las puertas del infierno, aquí en la tierra, escuchando la voz de la Sibila, casi escondido en mi mismo, para pasar desapercibido a su presencia.
?Entonces nadie tendrá deseo??
??no tendrá nadie deseo de nada
si no de morir tan solo.?
?los niños aún no nacidos
llorarán dentro del vientre??
Y ya de regreso de mí largo viaje inesperado, todavía temblando, he deseado no volver allí nunca.
Y ya en casa, cansado, sentado, con el libreto todavía en la mano, he jurado que he estado allí, y he deseado volver con mis compañeros de viaje aunque no puedo imaginar donde, ni cuando.
Mañana volveré a sentarme aquí, en el puesto de mando de mi máquina del tiempo.
Mañana no se si me sorprenderá otro viaje inesperado.
Merci beaucoup Monsieur André par la machine du temps.
Un saludo a todos.
Jordi Vicente.
P.D. Un saludo también para mis compañeros de viaje de La Capella Real de Catalunya.
Me he pasado el día deseando llegar a casa para compartir con mi hija unos minutos antes de darle el beso de buenas noches, para ver a mi mujer y preguntarle que tal le ha ido el día y para poder sentarme un ratito (lástima, me gustaría pasarme horas) a escuchar música como casi cada noche. La verdad es que para mí es una necesidad. Necesito desconectar de todo, o casi, y sumergirme en mi pasión.
Lo último que hubiera hecho hoy es aceptar la proposición de un viaje, un viaje inesperado.
Y sin darme cuenta, en tan solo un momento, me he sentido aislado, solo, lejos, muy lejos, levitando. En el pasado.
Y he sentido frío, mucho frió. En un lugar oscuro, sombrío.
He visto el horror, la enfermedad, la muerte.
?El día del juicio se verá quien habrá hecho servicio?.?
??se mostrarán con gritos y truenos las infernales confusiones?
?Del cielo bajará un gran fuego
apestando como el azufre,
la tierra quemará de furor,
la gente sucumbirá al terror.?
He pasado miedo a las puertas del infierno, aquí en la tierra, escuchando la voz de la Sibila, casi escondido en mi mismo, para pasar desapercibido a su presencia.
?Entonces nadie tendrá deseo??
??no tendrá nadie deseo de nada
si no de morir tan solo.?
?los niños aún no nacidos
llorarán dentro del vientre??
Y ya de regreso de mí largo viaje inesperado, todavía temblando, he deseado no volver allí nunca.
Y ya en casa, cansado, sentado, con el libreto todavía en la mano, he jurado que he estado allí, y he deseado volver con mis compañeros de viaje aunque no puedo imaginar donde, ni cuando.
Mañana volveré a sentarme aquí, en el puesto de mando de mi máquina del tiempo.
Mañana no se si me sorprenderá otro viaje inesperado.
Merci beaucoup Monsieur André par la machine du temps.
Un saludo a todos.
Jordi Vicente.
P.D. Un saludo también para mis compañeros de viaje de La Capella Real de Catalunya.